Vivere Bene apuesta al modelo de franquicias para volverse replicable

“No se trata de simplemente servir un yogurt helado, se trata de ponerle amor, creatividad y arte al servirlo a nuestros clientes”, dice Massimiliano Yebrin, uno de los propietarios de Vivere Bene.

Hablamos del valor agregado, esa característica extra que un producto o servicio brinda al consumidor con el objetivo de diferenciarse de la competencia y que posibilita que el cliente vuelva a elegir a la marca en la próxima compra.

El proyecto de la yogurtería nace en 2019 después de que una familia oriunda de Firenze (Italia) aterrizara en territorio argentino con la ambición de crear algo innovador y revolucionario. Así fue que tomo vida Vivere Bene, una empresa que llegó para sobrepasar todo límite con su yogurt helado, siendo un producto de receta italiana novedoso, nutricionalmente equilibrado y totalmente personalizable debido a su infinita variedad de toppings.  

Actualmente, cuentan con 3 sucursales propias, 2 en construcción (propias) y una reserva de franquicia.

El continuo interés por este producto -de calidad premiun y que también se destaca por su bajo contenido de calorías- permite a la marca consolidar su camino de crecimiento y desarrollo en un modelo de negocio creado para volverse replicable de la mano de Estudio Canudas, especialista en franquicias.  

“Hace 6 meses decidimos inclinarnos por el mundo de las franquicias debido a la alta demanda y consultas por parte de nuestros clientes, por las devoluciones positivas que nos ofrecían, y sobre todo porque muchos clientes hacían kilómetros y kilómetros para probar nuestro producto por voces que llegaban de familiares y amigos, así es que nos reclamaban por qué no poníamos uno en su ciudad, ahí fue que dijimos es el momento”, indica Yebrin. 

El modelo de negocio

Desde la firma consideran que es de absoluto éxito debido a su amplia versatilidad, ya sea, porque abarca a todas las edades, desde niños a mayores de edad; porque se puede consumir en el local, como take away y también envío a domicilio; se puede consumir como almuerzo, merienda, cena o postre. Es un local que tiene movimiento en todo momento.

Como complemento ofrecen una vasta carta con distintas variedades de productos innovadores, además del yogurt helado. En cuanto al tamaño de la sucursal, lo dejan a gusto del franquiciante ya que puede ser tanto pequeña como grande.

Tampoco hace falta gran experiencia en el rubro, la franquicia es de fácil manejo y todo el equipo de la yogurtería estará a disposición para capacitar a todo el personal. A colación, tiene rápido recupero de inversión, el cual se estima en aproximadamente 18 meses, dependiendo de la capacidad de habitantes y la importancia del lugar puede ser menos.

Proyección para el 2023

Desde la empresa, nos cuentan que están seguros que en este 2023/2024 será una de las marcas más elegidas por los argentinos. “Se vienen grandes y nuevas ideas innovadoras para hacer aún más fuerte la firma”, afirman. 

La yogurtería no sólo se destaca por la excelencia de sus productos, la innovación constante y el éxito, sino también por la alta rentabilidad y el rápido recupero de la inversión.

Un dato fundamental, es que desde la inauguración de la primera sucursal a la actualidad la venta se fue incrementando año tras año, confirmando así que “nuestra franquicia es una de las que vino para quedarse y no solo durará en el tiempo, sino que irá creciendo cada vez más hasta llegar a ser la líder de nuestro sector”, augura Massimiliano Yebrin.

por Karina Longo